Entrevista. LaeSferazul

Por Marisa Giménez y Lupe Frígols. Lae.sferazul.


Antes de empezar esta conversación, ya sabemos que se nos hará corta. Son muchas las cosas que queremos preguntarle porque son muchas las cosas que de ella nos interesan. Seguimos su obra desde sus inicios. Hemos colaborado en cantidad de proyectos juntas. Nos fascina ese poder de unir, de inspirar encuentros artísticos, de alentar sinergias y de tocar la fibra de una manera sutil, sin estridencias. Hace años que no vive en nuestra ciudad, pero vuelve siempre.

Marisa.- ¿Cómo te gusta que te definan?, ¿artista multimedia?, ¿artista visual?...

Me considero una artista visual. El medio en el que trabajo actualmente es el digital, pero mi objetivo cuando lo creo y el soporte final es material. Mi formación es pictórica y mis obras se basan en la composición, textura y color, pero el proceso es digital

Lupe.-Tus estudios y tus inicios artísticos fueron más orientados al arte tradicional, a la pintura, ¿cómo influyen esos conocimientos en tu obra hoy?

Influyen muchísimo. Cuando trabajo con procesos digitales tengo muy presente la composición, el color y la textura, que son conceptos que se manejan en pintura. El proceso es diferente, pero al trabajar a partir de fotografías las texturas son casi matéricas. También a la hora de imprimir esos materiales, los diferentes acabados aportan cualidad a la superficie.

L.- ¿Qué te motivó a adentrarte en el mundo de los gráficos generados por ordenador?

La curiosidad y las innumerables posibilidades que se abrían. También coincidió con la época en la que me trasladé a vivir a Belfast y era un periodo en el que la economía de espacio era importante para poder moverse libremente sin necesidad de transportar objetos. El medio digital es, en ese aspecto, más dinámico. Ofrece la posibilidad de reproducción y por lo tanto permite organizar una exposición en la otra parte del mundo simplemente enviando un DVD con unas directrices.

M.- ¿Ha conseguido la imagen digital, el mundo virtual, que tu obra sea más libre o te ves limitada a veces por el uso de la tecnología?

No me veo en absoluto limitada por la tecnología, al contrario, es un mundo lleno de posibilidades aún por explorar. No sólo por el hecho de poder transformar o crear imágenes, sino también por las posibilidades que se abren a la hora de imprimir esas imágenes en diferentes formatos y materiales.

M- Has vivido en Belfast, resides actualmente en Manchester…y pronto te trasladarás a Berlín…,¿qué van dejando estas ciudades en tu obra?

Creo que me he dejado absorber por el entorno y cada ciudad en la que he vivido o he visitado temporalmente ha tenido un impacto fuerte en mi obra. El entorno me ha influido considerablemente; el modo de vida, el ambiente y la experiencia de vivir en una ciudad que no es la tuya; la incomodidad, el enfrentamiento con situaciones desconocidas, el choque cultural me ha hecho trabajar y plantearme las cosas de otra manera. Creo que cada ciudad ha aportado algo a mi obra. En mi proceso tomo fotografías de distintos sitios y luego las mezclo y modifico con el ordenador. Hay determinadas características que son únicas de cada lugar y ésas son las que incorporo a mi obra.

M.-Trabajas en solitario, pero provocas e inspiras encuentros artísticos, proyectos con otros artistas, ¿qué te aporta la relación y el trabajo con otros creadores?

Conocer artistas de otros países, ver cómo se trabaja, o realizar proyectos en torno a una idea o colaboración artística es una parte fundamental de mi trabajo. La creación de mi obra y los proyectos artísticos se complementan. Los intercambios me ofrecen la posibilidad de conocer el arte y el modo en que trabajan los artistas locales. No es igual el arte que se exporta a otros países que el que se está creando en ese momento en un lugar determinado. Los intercambios me ofrecen la posibilidad de conocer de primera mano ese arte y ese entorno concreto en el que la creación está en proceso. El contacto con estos creadores me aporta también la base para iniciar nuevos proyectos e ideas para la colaboración.

L.- Sé que es una pregunta comprometida pero, ¿con qué país te sientes más a gusto colaborando?

He trabajado muy a gusto en Irlanda del Norte, tengo un especial cariño a Belfast y he encontrado en ese país artistas muy profesionales con los que he hecho un montón de colaboraciones. Es un país que me ha hecho sentirme como en casa, allí han apreciado mi trabajo y me han ofrecido numerosas oportunidades para hacer proyectos de todo tipo. Otro país con el que he trabajado muy a gusto es Japón.

M.- Cuál es la sensación que predomina cuándo estás inmersa en el proceso de creación de una obra, ¿placer?, ¿intranquilidad?, ¿angustia?, ¿impaciencia?

Me resulta muy curiosa esta pregunta. Por una parte cuando empiezo una obra nueva me encuentro en una fase llena de expectativas, no me apetece hacer lo que ya sé hacer, sino experimentar con otras cosas y procesos nuevos para ver el resultado, aunque a veces el resultado no siempre es positivo. A veces esa inquietud me lleva a la equivocación, pero por medio de pruebas y errores llego a otros sitios más interesantes. A veces, el final es tan chocante para mí misma que necesito que pasen meses e incluso años para saber si esa obra es buena o para comprender lo que he hecho y dar la obra por acabada. En general, me muevo en la incertidumbre y no me importa arriesgar y equivocarme.

M- El cuerpo humano, el cuerpo de la mujer ha sido un referente en tu obra, ¿es para ti una fuente de inspiración? ¿un recurso? ¿un arma?

Sí, el cuerpo femenino ha sido un referente importante en mi obra como fuente de inspiración, recurso y arma. En la obra que presento en la Llotgeta aparecen cuerpos y rostros, pero curiosamente en mi obra más reciente, los cuerpos tienden a desaparecer.

M- La exclusión, el desarraigo, el individualismo...son conceptos que siempre aparecen en tu obra. En el fondo de todo esto ¿es la soledad el tema que subyace?

Creo que en el fondo parte de eso es lo que transmito en las obras. La profesión de artista puede llegar a ser aislada, al fin y al cabo, en el proceso de creación el artista tiene en muchos casos (por supuesto dependiendo del tipo de obra que haga) que estar solo durante horas enfrentado a sus dudas creativas para obtener un resultado.

M.- La saturación mediática, la publicidad agresiva nos hacen más débiles, nos reducen a meros consumidores. Tú utilizas las mismas armas estéticas, los mismos medios para llamar la atención sobre el peligro que esto supone. ¿Quién marca los límites?

Creo que cuando uso los reclamos publicitarios, en realidad los uso como recurso estético, me gusta el color, el mensaje inmediato, a veces agresivo. Por ejemplo en Manchester hay un montón de frases cortas dirigidas a los transeúntes que son muy agresivas y que me encantan. El color, el texto, las formas, el diseño, el color, creo que son recursos estéticos muy potentes y en realidad lo que hago es apropiarme de ellos y utilizarlos en mis composiciones. Cuando acabo las obras, entonces es cuando intento contextualizarlas por diversas razones (por ejemplo en el Reino Unido es importante que contextualices tu obra, que sepas hablar de ella y que le des un significado a la hora de presentar tu trabajo), pero el proceso es puramente intuitivo, es decir, que no me planteo la razón ni el significado, sino que hago lo que se me ocurre para “ver lo que pasa”.

M.- ¿Consideras tu trabajo como "arte social", "arte político"?
Se podría ver como arte social o crítica social, pero no es mi intención ni mi objetivo.

M.-Las imágenes en tus últimas obras son menos sutiles, los colores son más contundentes, los fondos neutros han desaparecido. Utilizas recursos del cómic, del graffiti..., ¿te has vuelto más agresiva?

¿Más colorista quizá? Mi tendencia en estos momentos es trabajar en instalación con formas y colores contundentes, desde luego la sutileza la he dejado atrás hace tiempo….

M.- Los paisajes de la calle se han colado en tus obras más recientes? Son retazos urbanos, gritos inconformistas...,¿ha sido un proceso consciente?

Ha sido un proceso inconsciente, de pura absorción. No es lo mismo pasear por un entorno conocido que andar por otros sitios que tienen unas características diferentes a las que conoces. Por ejemplo, cuando vivía en Belfast el ambiente que se respiraba, lo que había en la calle, esos pequeños detalles en los que no te fijas si los ves todos los días, se colaban en mi proceso. No sé cómo explicarlo, a veces el ambiente te resulta hostil. El no tener las cosas fáciles o hechas, el enfrentarte día a día a nuevas situaciones en países en donde no se habla tu idioma y donde te tienes que enfrentar a vivencias agradables algunas y desagradables otras, hacen que tu forma de ser cambie y eso se ve reflejado en tu obra. Los estímulos son diferentes. En el pasado trabajaba más en torno a ideas o creencias interiores porque el estímulo exterior era prácticamente nulo. Ahora los cambios constantes de entorno, hacen que el estímulo exterior sea muy potente e influya considerablemente en mi obra.

L.- ¿Qué parte del proceso de creación de tus trabajos considerarías clave de cara a conseguir el resultado deseado?

Necesito un buen material de base. Generalmente comienzo el proceso con fotografías de texturas, graffiti, carteles, señales que he tomado en una ciudad determinada. Esa materia prima me lleva a la construcción de otras imágenes.

L.- Los títulos, ¿son fundamentales para tu obra?
Los construyo a la vez que mi obra dependiendo de lo que pretenda transmitir.

M.- Cuando vuelves a mirar tus primeras obras, ¿percibes que tu trabajo tiene un hilo de continuidad?

Tengo tendencia a la inconformidad y a cambiar de medio. Los temas que trabajaba hace unos años y los materiales son completamente diferentes de los que trabajo ahora y habría que tener mucha imaginación para encontrarles un hilo conductor. La gente cambia, las circunstancias no son las mismas, por lo tanto, la obra necesariamente tiene que cambiar.

L- Recuerdo tus obras de hace años realizadas con volumen: cajas, plásticos coloristas, pelucas gigantes como soportes, etc… Ahora trabajas con superficies planas, ¿no echas de menos los volúmenes?

Sí, es verdad. Trabajaba en tres dimensiones y con objetos encontrados y fabricados. Es curioso, pero no echo de menos ese formato, pertenece a una época en la que me apetecía trabajar de esa manera, pero de algún modo ya no ‘siento’ esa forma de trabajar ni me apetece reiterarme. No creo que pueda extraerle más de lo que le extraje en su momento. Me han preguntado más de una vez que por qué no vuelvo a hacer ese tipo de cosas, pero creo que para evolucionar es necesario desprenderse de cosas que quizá en un momento determinado eran válidas y tenían un público, pero que si se continúa en esa dirección, la forma estética se mantiene, pero la obra se vacía de significado.

L- ¿De cuál de todos tus trabajos te sientes más orgullosa?

No lo sé, nunca se me había ocurrido pensarlo. Tengo especial cariño a algunos trabajos hechos en el pasado, por su cualidad única, pero generalmente me gusta más el proyecto que se me ha ocurrido pero no he hecho todavía.

L.- ¿No echas nunca de menos la pintura?

Lo que quizá echo de menos es el contacto físico con la pintura, el olor y el tacto, pero el campo que ofrece lo digital es tan amplio que desde mi punto de vista no se puede comparar.

M.- Durante los últimos años has colaborado con varios colectivos de artistas en distintas ciudades extranjeras, ¿qué diferencias encuentras con el mundo artístico valenciano?

Creo que se trabaja de manera diferente. Por lo menos en el Reino Unido se le da mucho valor a que sepas hablar sobre tu obra, que la sepas explicar. En muchos casos encuentro que es más fascinante lo que se cuenta sobre la obra que la obra misma. Quizá aquí no se le da tanta importancia a “saber explicar tu trabajo” pero las obras en muchos casos son más viscerales y más interesantes. De todas maneras, lo que sí encuentro diferente es que los artistas en el Reino Unido se agrupan en colectivos, montan organizaciones, crean estudios de artistas para trabajar en comunidad compartiendo experiencias, contactos, exposiciones etc. Creo que en Valencia se podría mejorar en ese sentido, porque somos demasiado individualistas.

L.- ¿Cómo funcionan las ayudas institucionales en los distintos países en los que has vivido? ¿Encuentras más dificultades en tu propio país?

Por así decir, los procesos son diferentes y los proyectos para los que te dan ayudas son también distintos. Encuentro que el proceso de selección en el Reino Unido es más abierto, más sencillo y está al alcance de todos. Se potencian en gran medida las iniciativas individuales siempre y cuando hagas cosas por tu región, como por ejemplo intercambios con artistas de tu ciudad y otro país. También hay una gran cantidad de instituciones de otros países que colaboran con Inglaterra a las que puedes pedir ayudas para la realización de proyectos que incluyan la movilidad de los artistas. Para este tipo de cosas, creo que el Reino Unido es el modelo ideal que se debería seguir en España.
En España el proceso es más cerrado, se funciona todavía dentro de una jerarquía y las cosas están en función de a quién conozcas. Esto no quiere decir que no haya también posibilidades de hacer cosas como la oportunidad que me ofrece la CAM de exponer mi obra en su sala.

L.- ¿Qué proyecto disfrutaste más? ¿Cuál te ha exigido más?

En cuanto a proyectos colectivos, recientemente he organizado con otros artistas un intercambio entre Inglaterra y Finlandia. El proyecto consistía en hacer unas residencias artísticas para trabajar en un proyecto determinado de colaboración y exponer el resultado en Manchester y Helsinki. Creo que ha sido el proyecto más complicado porque involucraba la residencia de 10 artistas de cada país durante dos semanas en cada ciudad. Cuando te planetas un proyecto como éste y lo llevas a cabo, no te das cuenta de la dificultad que lleva la coordinación de tantos artistas durante tanto tiempo.
Entre los individuales, esta exposición es un proyecto que me ha dado mucha satisfacción personal porque las obras han sido realizadas a partir de un proceso muy elaborado y están muy trabajadas.

L.- Has expuesto tu obra en Japón y China. ¿Qué es lo que más te seduce de la cultura asiática?

Varias de las obras que presento en la exposición las realicé durante una residencia artística en Tokio. La base de esa obra fueron las fotos tomadas de los carteles, pancartas y anuncios luminosos de la calle. Me llamó mucho la atención la imaginería visual de los japoneses y me dejé influir por ella.

M- En Valencia, en los últimos años, has participado en numerosos encuentros y exposiciones colectivas, pero hacía tiempo que no exponías individualmente. ¿Cómo has enfocado este proyecto?

Sí, es verdad, en los últimos años he estado más centrada en llevar a cabo proyectos internacionales y de colaboración. He expuesto de manera individual fuera de España, pero hacía tiempo que no exponía en Valencia, en concreto desde el 2004 con la exposición Seducere que hice en Lae.Sferazul, donde introduje por primera vez mi trabajo digital. Durante todo ese tiempo he estado trabajando en obra nueva que no había tenido la oportunidad de exponer, Los procesos son largos y complejos y la realización de una obra o una serie me lleva meses de elaboración, desde la recopilación inicial de material hasta el resultado final. En La Llotgeta muestro gran parte de la obra realizada en los últimos dos años.

Marisa Giménez y Lupe Frígols. Lae.sferazul. 2008

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